Falta de deseo sexual
“Cuando estoy con mi pareja, me excita, me gusta, mantengo la erección pero soy incapaz de eyacular en la penetración. Incluso puedo correrme a solas y en pareja no, ¿qué me pasa?”
La falta de deseo sexual la sufren ambos sexos, aunque es cierto que las mujeres lo padecen en mayor medida. Esta disfunción suele venir acompañada de algún problema físico o psíquico, pero es posible recuperar la libido y volver a disfrutar de las relaciones.
En este punto, entra en juego la buena comunicación que tengamos con nuestra pareja. Una típica actitud que observamos en parejas es que vemos que hablan mucho pero que no se entienden, lo que en psicología conocemos como bilingüismo sexual. Para mejorar la comunicación hay varios trucos que suelen funcionar, evitar por ejemplo un “tú” que indica reproches, y poner un “nosotros” que se relacione con la comunicación cooperativa.
¿Cuáles son las causas de la falta de deseo?
Las causas de la pérdida de apetito sexual pueden ser orgánicas o psicológicas. Todos ellos pueden provocar que no tengamos ganas de tener relaciones
Entre las orgánicas podemos encontrar desde enfermedades crónicas y metabólicas, hasta alteraciones hormonales e incluso efectos secundarios a algún medicamento. En este caso, la recomendación es siempre consultar primero con nuestro médico.
Y entre los factores psicológicos: ansiedad y estrés, que suele ser el más destacable. Además, otras disfunciones como dispareunia o vaginismo van muy asociadas a la falta de deseo, porque el dolor hace que cojamos miedo y nos desinteresemos. Junto con el cansancio y la monotonía, el hacer siempre lo mismo acaba aburriendo y se pierde el interés.
Parece obvio, pero para hacer que el deseo sexual vuelva se necesitan más estímulos, hay que recuperar el erotismo entre los miembros de la pareja.
¿Qué tipos de falta de deseo existen?
Podemos clasificar las falta de deseo en 4 tipos
- Generalizada: cuando la persona afectada no siente deseo ni hacia su pareja ni hacia otras personas.
- Situacional: la persona experimenta deseo hacia otras personas, pero no hacia su pareja.
- Primaria: afecta más comúnmente a mujeres, aunque también se da en hombres, que nunca han tenido suficiente deseo sexual. Suelen ser personas con poca capacidad para tener fantasías sexuales, poca conducta sexual, no existe la clave erótica para ellas. Comienza de adolescente y empeora en el adulto.
- Secundaria: estas personas han disfrutado de un deseo normal, pero puntualmente han perdido el interés por el sexo.
La líbido sexual es un poco una montaña rusa, pero cuando vemos que el problema se alarga en el tiempo, es cuando debemos acudir al especialista. Si vemos que repentinamente dejados de tener libido, también puede indicar algún problema, y debemos escuchar a nuestro cuerpo, se recomienda también acudir al sexólogo en estos casos, y que se valore que problema puede haber. Existen maneras de avivar las relaciones sexuales, desde alimentos afrodisiacos, ambiente adecuado y el trabajo de la actitud son algunas de las claves que podrás trabajar con tu sexólogo.