Zonas Erógenas: guía para principiantes

Descubriendo las zonas más excitantes del cuerpo

Aceptémoslo, a todos nos vendría bien un poco más de picante en nuestras vidas. Si tu vida sexual se ha sentido un poco vainilla últimamente, puede que te preguntes cómo puedes añadir un poco de sabor. Por suerte, hay algunas cosas que puedes hacer para condimentar tu vida sexual y una de ellas es conocer y explorar las zonas erógenas de tu pareja.

Las zonas erógenas son zonas del cuerpo especialmente sensibles al tacto, la presión o la estimulación. Pueden ser diferentes para cada persona, por lo que es importante que te comuniques con tu pareja para averiguar qué les excita. En esta entrada del blog, te daremos una guía para principiantes sobre las zonas erógenas para que puedas empezar a explorarlas y disfrutarlas con tu pareja esta noche. 

boca, cuello y mas...

¿Qué son las Zonas Erógenas?

Las zonas erógenas son zonas del cuerpo especialmente sensibles al tacto, la presión o la estimulación. Pueden ser diferentes para cada persona, por lo que es importante que te comuniques con tu pareja sobre lo que les excita. Para algunas personas, las zonas erógenas pueden ser las mismas que sus zonas erógenas típicas (por ejemplo, los pezones, el pene o el clítoris), mientras que para otras pueden ser diferentes (por ejemplo, el cuello o el interior de los muslos). 

Hay muchas teorías diferentes sobre por qué ciertas zonas del cuerpo son más sensibles que otras. Una teoría es que estas zonas tienen más terminaciones nerviosas que otras, lo que las hace más sensibles al tacto. Otra teoría es que estas zonas están asociadas a centros de placer en el cerebro, lo que las hace más propensas a provocar sensaciones placenteras. Sea cual sea la razón, una cosa es segura: ¡explorar las zonas erógenas de tu pareja puede dar lugar a un sexo increíble! 

Cómo explorar las zonas erógenas de tu pareja

La mejor manera de saber qué excita a tu pareja es preguntarle. Habla de lo que te gusta y lo que no te gusta durante el sexo y anímale a hacer lo mismo. Una vez que tengas una idea de lo que le gusta, puedes empezar a explorar sus zonas erógenas durante el sexo. 

Aquí tienes algunos consejos: 

  • Tómate tu tiempo. No vayas directamente a sus genitales; tómate un tiempo para provocarles y tentarles primero. Dedica más tiempo a las zonas que parezcan especialmente sensibles 
  • Utiliza las manos, la boca y los juguetes. Experimenta con distintos tipos de caricias (por ejemplo, ligeras o firmes) y comprueba qué es lo que vuelve loca a tu pareja. También puedes utilizar la boca, la lengua y los dientes para aumentar la estimulación. Y no te olvides de los juguetes sexuales Pueden ser una forma estupenda de añadir nuevas sensaciones y animar tu vida sexual 
  • Presta atención a sus reacciones. Mientras exploras sus zonas erógenas, presta atención a su lenguaje corporal y a las señales verbales para ver qué le gusta y qué no. Esto te ayudará a centrarte en sus zonas erógenas y a asegurarte de que todos disfrutan. 
Caricias

Técnicas básicas para estimular las zonas más comunes

  • La boca

Besar es una de las cosas más íntimas que puedes hacer con otra persona, así que no es de extrañar que la boca sea una de las zonas erógenas más comunes. Los labios están repletos de terminaciones nerviosas, lo que los hace extremadamente sensibles al tacto. ¡Y no nos olvidemos de la acción de la lengua! La combinación de labios y lengua puede ser suficiente para llevar a cualquiera al límite.

  • El cuello

Otro punto muy sensible es el cuello. Esta zona está repleta de terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, lo que la convierte en un objetivo primordial para la estimulación erótica. Los besos suaves, los pellizcos y los lametones suelen funcionar, pero, de nuevo, cada persona es diferente. Experimenta con diferentes tipos de contacto hasta que encuentres lo que te hace sentir bien a ti (o a tu pareja) 

  • Los pezones

Los pezones son otra zona erógena que puede ser muy sensible para algunas personas. Estimúlalos lamiendo, chupando o frotando suavemente con los dedos. Al igual que con el cuello, experimenta con diferentes tipos de toques hasta que encuentres algo que te haga sentir bien.

 

Ahora que sabes un poco más sobre las zonas erógenas, ¡es hora de empezar a explorar! Recuerda que cada persona es diferente, así que no tengas miedo de experimentar hasta que encuentres lo que te hace sentir bien a ti (o a tu pareja). ¡DIVIÉRTETE!

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